Xochimilco, México, 26 feb 2016 (IPS) - El mexicano David Jiménez cultiva dos variedades de lechuga y otras plantas en su chinampa de menos de una hectárea en el pueblo de San Gregorio Atlapulco, en el sur de Ciudad de México.
“Puede haber cinco o seis cosechas al año. La lechuga puede crecer en 30 días”, relata a IPS con entusiasmo este productor, presidente de la cooperativa La Casa de la Chinampa, integrada por seis socios y que funciona dentro de Xochimilco, una de las 16 demarcaciones territoriales (equivalentes a municipios) de la megalópolis capitalina.
El ejido (tierra de explotación colectiva) en que Jiménez tiene su finca consta de 800 hectáreas, de las que la mitad alberga chinampas, y donde viven 800 propietarios que se dedican mayoritariamente a la producción de verduras.
El sistema de chinampas, término que proviene de “chinampi”, que en lengua indígena náhuatl significa “el lugar del terreno fértil de flores”, ya era practicado por los pueblos originarios mucho antes del arribo de los conquistadores españoles en el siglo15.
“Puede haber cinco o seis cosechas al año. La lechuga puede crecer en 30 días”, relata a IPS con entusiasmo este productor, presidente de la cooperativa La Casa de la Chinampa, integrada por seis socios y que funciona dentro de Xochimilco, una de las 16 demarcaciones territoriales (equivalentes a municipios) de la megalópolis capitalina.
El ejido (tierra de explotación colectiva) en que Jiménez tiene su finca consta de 800 hectáreas, de las que la mitad alberga chinampas, y donde viven 800 propietarios que se dedican mayoritariamente a la producción de verduras.
El sistema de chinampas, término que proviene de “chinampi”, que en lengua indígena náhuatl significa “el lugar del terreno fértil de flores”, ya era practicado por los pueblos originarios mucho antes del arribo de los conquistadores españoles en el siglo15.