Para finales de los años 1800, un bravo y noble campesino, analfabeta y luchador de las guerras por la defensa del pueblo sometido. Un nuevo capitán rebelde, Jesús María Ocampo, “Tigreros” entra a las tierras de la antigua Cacataima la que en esos tiempos está en manos de los poderosos del país: los Caicedos, los Jaramillos, Grisales, Arangos y otros parten de la elite criolla Manizalita
Estas elites obtienen una concesión de tierras que llamaron la Burila y que era una merced de tierras hechas por el rey Felipe IV
La concesión Burila estaba constituida por un territorio que ocupaba desde los actuales limites del Quindío con Risaralda, hasta los limites de Tulúa con Bugalagrande. Zona de Cordillera y parte plana, estaba en manos de esos grandes terratenientes dueños de la Burila desde 1884, “su extensión era de 125.000 hectáreas...
“Comprendidas entre Bugalagrande y el páramo del Quindío incluyendo los actuales municipios de Zarzal, Sevilla, Caicedonia Génova, Pijao, Buenavista, Córdoba, Calarcá y Armenia” que inicialmente tenía 2.000 colonos
El gobierno de la época le había entregado estos terrenos, en concesión a la elite criolla que hemos mencionado, desconociendo la existencia de campesinos que ya la habitaban. Se repetía la historia de la época de la encomienda.
Lo mismo que en el pasado un señor lejano, no el rey, sino el nuevo señor Presidente, con el apoyo de la elite Bogotana; entrega las tierras que no eran suyas, a unas personas que nada tenía que ver con esas tierras y sus habitantes.
La escritura reza: “Colonización y fomento. Articulo 40. En el lugar mas adecuado de los terrenos y allí donde se crea que puedan empatarse las tres vías, la del Tolima por Anaime, la del Valle del Cauca por la Paila y la de Antioquía por Circasia; lo mas cerca posible de la confluencia de los Ríos Barragán y Quindío, que juntos forman el Caudal de la Vieja, consultando las mejores condiciones de salubridad clima y topografía. Reserva la Compañía un gran lote de cuatro mil fanegadas de forma regular …
En el centro de ese globo de tierra se demarcará un área para una ciudad (Caicedonia en homenaje a los Caicedos de la elite del Valle) se firma en Manizales el 24 de Noviembre de 1884
“Tigreros” entra por el camino de Anaime con su familia y llega a la antigua provincia de Cacataima, allí se instala en un pedazo de tierra que llama El Edén, al frente tenia el Cerro de Calarcá y abajo el Rio Calarcá, ahora llamado Santo Domingo Llegaron a reivindicar el derecho de tener tierra y sitio donde formar y levantar una familia.
Primero explotaron las maderas, realizaron pequeñas minerías, instalaron pequeñas ganaderías y crías de cerdos, se acompañaban solidariamente, en la siembra de maíz, el fríjol, la yuca, la arracacha y la caña. La solidaridad fue el cotidiano de estos heroicos campesinos que fundaron el Quindío
Originario de Salamina, luchador y rebelde. Con un grupo de campesinos buscaban tierras y guacas para sostener a sus familias
Surge en la lucha uno de los mayores Líderes Agrarios Zabulón Noreña, quien al mando de 80 campesinos de la región liberó a los Campesinos presos en la cárcel del corregimiento de Calarcá, por orden de los funcionarios comprados por la Burila
Los terratenientes de la Burila, reclamaban con el “derecho escrito”, las escrituras de la posesión de las tierras. Los heroicos campesinos colonos, reivindicaban el derecho a poseer las tierras, con el símbolo del hacha entre sus manos – “Llevo el hierro entre las manos, porque en el cuello me pesa” – dice su himno de origen
Perseguidos por las autoridades de su época, estos campesinos, cuando se les exigía los títulos de propiedad exhibían las hachas, como su mas honroso título. El hacha clavada en el tronco del árbol, fue su escudo nobiliario.
Muchas veces los colonos perseguidos, por representantes de los terratenientes de la Burila, su único refugio fueron los tupidos montes de la vieja Cacataima. Ellos los albergaron. Les dieron cobijo y sustento; aguacates, chachafrutos, batatas, mafafas, sagus y achiras. De nuevo la Pacha Mama, aparecía protegiendo a su pueblo a sus hijos
Cacataima, ya había protegido a sus primeros hijos, indios, a los comuneros rebeldes a patriotas de la independencia y ahora protegía a sus nuevos hijos. Los campesinos de las montañas cordilleranas de Calarcá, tuvieron en ella su albergue
Con los años el Estado Soberano del Cauca, al que pertenecía la provincia del Quindío, tuvo que reconocer los derechos de posesión de estos nobles campesinos y entregarles las tierras que querían ser usurpadas por la Burila - tomado de cartilla la Tierra Nuestra